PAULA SOUSA – Dietista y nutricionista
Hemos terminado las vacaciones estivales y ya estamos volviendo a la rutina. Deberíamos sentirnos llenos de energía para empezar nuevos retos, pero pese a tener el estrés un poco más controlado, el cuerpo ha sufrido con tantos cambios. Notamos la barriga más hinchada, el estómago más sensible, unos kilos de más y mucha pereza acumulada. ¿Qué nos pasa?
Estudios recientes han evidenciado que los cambios de rutina vacacionales afectan la calidad de la microbiota intestinal, y que ésta es la responsable por su repercusión en el humor, el proceso de envejecimiento y en nuestro estado de salud, estando implicada varias enfermedades como la fibromialgia, celiaquía, síndrome del intestino irritable y obesidad.
El equilibrio de la microbiota es un estado difícil de alcanzar, ya que está influenciado por un conjunto de factores como la alimentación, el estrés, la actividad física y la toma de medicación. Pero se ha observado que el factor que más influye en la microbiota son los hábitos alimentarios.
¿Qué podemos hacer entonces para recuperar nuestra salud? Conocer nuestro cuerpo y estar atentos a cualquier señal de alerta que él envía. Ante cualquier alteración, actuar y nunca posponer el cuidado de nuestra salud.